domingo, enero 17, 2010

Sisapo



Del resumen de un gran amigo mío, se cuenta esto de Sisapo:

Sisapo (La Bienvenida, en el término de Almodóvar del Campo)
Una de las zonas mineras más famosas de Hispania en la Antigüedad era la zona de la ciudad de Sisapo, rica en cinabrio, mercurio y plata. Lo señalaron Estrabón [III, 2, 3, la información quizá le venga de Posidonio, cf. III, 2, 9; habla también de una antigua y una nueva Sisapo, es decir, la ciudad ibérica y romana] y Plinio [N. h. 33, 118 y 33, 121]. Al final de la República fueron estas minas, como testimonia Cicerón [Phil. 2, 48] conseguidas por Antonio, que les sacó partido por medio de una sociedad de arrendatarios. Una sociedad de socii Sisaponenes se menciona en una inscripción de Capua de finales de la República o inicios del imperio [CIL X 3964]. Por la inscripción se sabe que Sisapo estaba en la Hispania Ulterior, algo que confirma Plinio [N. h. 3, 14] aunque que Ptolomeo sitúa erróneamente al norte de Oretum [2, 6, 58]. En favor de su pertenencia a la provincia de la Bética habla una inscripción de Castulo, según la cual la vía que iba del Castulonensis saltus a Sisapo fue realizada bajo la supervisión de un procurator de la provincia de la Bética.
La localización de Sisapo, que acuñó monedas, fue mucho tiempo discutida y se propusieron muchas localizaciones entre Puertollano y Almadén. El problema viene de la poca precisión del Itinerarium Antonini. En esta fuente [444, 7], las distancias de Emérita en dirección este a Metellinum (Medellín), Contosolia (junto a Magacela) y Mirobriga (Capilla) se dan con exactitud, pero Sisapo estaba a 13 milia passuum al este de Mirobriga y a 20 milia passuum al oeste de Carcuvium (Caracuel), con lo que entre Mirobriga y Carcuvium habría en total 33 milia passuum, unos 50 km., pero realmente hay una distancia por el valle de Alcudia de 100 km. Es seguro que en el Itinerarium los nombres de las paradas y las medidas de distancia se han perdido al este y al oeste de Sisapo.
Hoy se puede dar por cerrada la discusión sobre Sisapo, pues un gran asentamiento ciudadano defendido por una muralla –según la información de campo y a simple vista, entre otras cosas con un anfiteatro- junto a La Bienvenida en el valle de Alcudia y en el término de Almodóvar del Campo (a una distancia de 30 km. en línea recta en dirección sudoeste), aproximadamente a medio camino entre Mirobriga y Carcuvium, donde fue localizada la ciudad buscada ya por A. Blázquez, es sin duda Sisapo [BRAH 15, 1889; cf. también T. García de la Santa, Rev. de Arch., Bibl. y Mus. 61, 1955, p. 673 ss.]. Las excavaciones comenzadas allí en 1980 sacaron a la luz el fragmento de una inscripción de dedicación, cuya parte final hay que reconstruir así: -----/[---]+[-ca.5-]/S]isaponen/[sium].
Que Sisapo era una ciudad con privilegios es probable ya por su caracterización en Plinio. Este autor habla de aquella zona de la Baetica, que él considera como territorio de los túrdulos dentro del conventus Cordubensis: Habet oppida non ignobilia Arsam, Mellariam, Mirobrigam Reginam, Sosintigi [=Sosontigi], Sisaponem [N. h. 3, 14]. Con la palabra Sisaponem no hay referencia en Plinio a ninguna categoría constitucional, sino al significado de los asentamientos mencionados. La importancia de estas ciudades se ve en que llegaron a ser municipios; Arsa, Mellaria, Mirobriga y Sosintigi recibieron el estatuto municipal en parte con Augusto y en parte con los Flavios. Por ello no hay que dudar del mismo estatuto para Sisapo, pues por las fuentes tenía que ser mucho más importante por su riqueza minera que las otras. También es plausible que los Sisaponenses, que por sus relaciones con los dirigentes romanos y los arrendatarios caballeros tendrían influyentes patroni ya en la república tardía, recibieran su status privilegiado no con los Flavios, sino ya al inicio del imperio.
La nueva inscripción da nuevos argumentos: por su tipo debía de ser una inscripción que cubriese el basamento de una estatua. De hecho sabemos de la existencia en La Bienvenida de varios zócalos y una base de una estatua de piedra volcánica oscura y áspera, que no ofrece ninguna superficie plana apropiada para einmeisseln inscripciones anspruchvolle. Con basamentos de tal material era inevitable poner lápidas de mejor material y pulidas, que podían ser sujetadas en la parte de delante [el basamento lo vio Alföldy en 1985 en parte en la zona de excavación y en parte en el muro de la iglesia de Nuestra Señora de la Bienvenida, iglesia ya mencionada en 1590 por Hervás Diccionario 103]. Por el tipo de tales inscripciones nos encontramos con una dedicación o a un gobernante o a un ciudadano destacado o quizá a una divinidad. El nombre Sisaponenses al final de una inscripción de dedicación hay que relacionarlo con una comunidad, con un consejo de decuriones o con un magistrado, que fuera mencionado como dedicante; eso correspondería al esquema constructivo de tales textos con un nombre de comunidad al final. Por ello las siguientes posibilidades de restitución aparecen como las más probables: [res publica S]isaponen/sium o [ordo municipi S]isaponen/sium o [IIvir vel sim. municipi S]isaponen/sium. Esta inscripción pertenecería a finales del siglo I o en el II por el tipo de escritura, con letras alargadas y estrechas, que eran generales en la Baetica desde los Flavios, sobre todo en la época de los Antoninos.
Durante las excavaciones en Sisapo se descubrieron además fragmentos similares de recubrimientos de mármol de basamentos de estatuas. Aunque del texto hay sólo restos miserables, se relacionan con inscripciones de dedicación oficiales como las que conocemos por la epigrafía de ciudades romanas. La primera parece que comienza con las palabras [Im]p[eratori] C[aes(ari)---]. Parece la típica dedicación a un soberano; el tipo de escritura es de la época julio-claudia, del siglo I. El segundo fragmento, con letras rusticae capitales muy estrechas de la época flavia o mejor de la antonina, parece que pertenece a una dedicación a un ciudadano prominente.
Lo mismo que Oretum podría Sisapo haber poseído un territorio extenso. No hay apenas que dudar que era administrada desde allí la región al norte de Sierra Morena –al norte de la zona de los Pedroches en Córdoba- junto con el valle de Alcudia y en el oeste hasta la zona de minas de Almadén y al este hasta la zona minera de Puertollano junto con las famosas minas de Diógenes.

[ALFÖLDY, Geza, Urbanización romana en la meseta de Castilla la Nueva. ‘Test’ sobre la romanización (Sesiones de la Academia de las Ciencias de Heidelberg, sección filosófico-histórica, 1987, sesión 3ª), Editorial Winter, Heidelberg, 1987]

Para empezar, no es poca cosa que Sisapo fuera ya citada en Estrabón, Plinio y Cicerón. Todo apunta a que pertenecía a la Bética, lo que nos hace más andaluces si cabe -o más "tierra de nadie", si cuela-.

La famosa inscripción (arriba) data de finales del siglo I y II por el tipo de escritura, según cuenta Alföldy. Además todo apunta a que dicho "municipio" o extensión amurallada recibía ciertos "privilegios" de Roma. Se habla incluso de una primitiva empresa "socii sisaponenses", lo cual es ya casi la repera. A lo mejor se me ocurre montar una asociación con ese nombre...



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