martes, octubre 28, 2008

Alfredo Palmero




Pintó de todo y de casi todos. Manet a lo Goya y retrospectiva de Sorolla a lo Degas. París a lo Pisarro y retrato de salón. Elegancia de pincel, luz y color. Es difícil ver en sus lienzos un estilo personal, si exceptuamos el gusto que por los caballos sentía Alfredo Palmero.
En Almodóvar Palmero es una calle, una casa, un museo y una biblioteca cervantina. Y algo más: el nombre de un artista que vivió en París, expuso en Barcelona y se movió en ese paréntesis que se abre entre los muy grandes y los muy pequeños.
El Museo Palmero miente de fachada, pero mantiene el sabor de una casa que alberga cuadros encima de la chimenea, en la galería o en la escalera que lleva hasta los caballos… Nada que envidiar al Lázaro Galdiano.
Cuestión aparte es la colección del anexo cervantino que guarda la casa del pintor contigua al Mesón Gallardo-Vizcaíno, en la Glorieta. [sssch… la biblioteca se compone de unas cien ediciones del Quijote en varias lenguas] Aquí podrán degustar un buen vino manchego muy quijotesco.
El hijo y el nieto han continuado pintando siguiendo lo que ellos llaman la “saga” de los Palmero. No obstante, mi madre dice que no son muy buenos. Tampoco se cuenta mucho aquí.
Pásense por Almodóvar (arriba La ópera de París).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas, acabo de descubrir que tengo un palmero en mi casa, el cuadro en si se titula La danza, y por lo que veo la firma es exactamente la misma y diría que el estilo coincide, es lo que me lleva a pensar que es autentico, no obstante me gustaría saberlo con certeza, mi email es sabaku_no_gaara25@hotmail.es