Si hay una película que ver estas navidades -y todas las navidades- es
La huella, del director Joseph L. Mankiewicz, del año 1972. No tiene pérdida. Lo cierto es que a mí me gustan muchos los clásicos, pero es que ésta es una obra maestra.
Búsquenla por el baúl de los recuerdos de algún destartalado videoclub de barrio, o pídansela a algún viejo cinéfilo conocido. Es genial. Y además sale Michael Caine; no les digo más.
Bueno, sí, como decía Kant: "Atrévanse a pensar", que es muy divertido.
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