lunes, marzo 20, 2006

Cortázar y otras armas


Hojeando un libro de teoría musical, me quedé fijo observando un dibujo detallado de las partes del oído: el oído externo, el oído interno, el martillo, el yunque, la hoz y la coz. No, estas dos últimas no.
Bueno, el caso es que, por un momento, intentaba dar forma a la idea de una poesía metametafórica donde el oído fuese el argumento central, oculto, auscultado, nunca mejor dicho.
El protagonista cuasi explícito habría de ser el sonido, más concretamente, a través de pistas como los golpes, su entrada al lugar (al oído interno), etc... conectaban este recorrido con uno de las posibles acepciones del cuento 'Casa tomada', del escritor Julio Cortázar, en Las armas secretas y otros relatos.
Es como si la casa fuera, en sí misma, la gran metáfora del oído, con sus habitáculos y demás enseres presentes en el cuento, pero, leído de nuevo con un mínimo interés objetivo, desvela un entretejido mucho más complejo y a la vez sugestivo.
Este relato ha sido estudiado por varios autores y el resultado de su desencriptamiento es, naturalmente, un número infinitesimal, cuasi borgiano.
He aquí un poco del cuento:

Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestro bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
...
El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y los dormitorios quedaban en la parte más retirada...

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