Ya los cervatillos sedientos de pupilas
bajan a beber al río cuando la familia
despide una estancia de encinas milenarias
y fuentes de alcornoque
entra en escena el la cuatrocientos cuarenta
y el coro se levanta para acoger la llegada del
párroco de ese cielo en figuras geo-
métricas y campos de trigo que reposan
en manantial de colores y sonidos que hablan
desde la calma del atardecer y alguien sonríe
porque ha descubierto la belleza de los tiempos
en un trozo de pan.
bajan a beber al río cuando la familia
despide una estancia de encinas milenarias
y fuentes de alcornoque
entra en escena el la cuatrocientos cuarenta
y el coro se levanta para acoger la llegada del
párroco de ese cielo en figuras geo-
métricas y campos de trigo que reposan
en manantial de colores y sonidos que hablan
desde la calma del atardecer y alguien sonríe
porque ha descubierto la belleza de los tiempos
en un trozo de pan.
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