jueves, julio 01, 2010

Señas de atardecer




Ya los cervatillos sedientos de pupilas
bajan a beber al río cuando la familia
despide una estancia de encinas milenarias
y fuentes de alcornoque
entra en escena el la cuatrocientos cuarenta
y el coro se levanta para acoger la llegada del
párroco de ese cielo en figuras geo-
métricas y campos de trigo que reposan
en manantial de colores y sonidos que hablan

desde la calma del atardecer y alguien sonríe
porque ha descubierto la belleza de los tiempos
en un trozo de pan.

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