domingo, agosto 30, 2009

Pitágoras y la emoción





Franchino Gaffurio: Theorica musicae.

Vamos a ver una cosa: la octava, la quinta y la cuarta son, por ese orden, las "consonancias perfectas", aceptadas así por los teóricos desde el medievo occidental. Pero eso viene de antes.

Ya sé que esto es muy pobre pero, como la ignorancia es muy atrevida, me atrevo a explicarlo así: en la cuerda de mi viola, si yo dejo reposar levemente mi meñique en la mitad aritmética de la cuerda (de su longitud) y la hago vibrar con el arco obtengo la octava aguda (de la 440, su la 880hz). Si coloco el dedo en un tercio de la cuerda -sin presionar- aparece la quinta superior(del la, mi) y en el cuarto de la misma suena su cuarta justa (del la, re).

Se puede hablar mucho de convenciones occidentales y todo eso, pero cuando acaba la película se llora siempre -o casi siempre- cuando escuchamos alguna de estas tres consonancias; bueno, vale, es más complejo, pero hoy lo quiero así.

La cuestión es: si es sólo matemáticas, ¿por qué nos emociona tanto? [palabra clave: armonía]

Aquí la historia de el monocordio, Boecio y Pitágoras.


1 comentario:

Ángel Ruiz dijo...

Llevo varios años que cuando explico a Pitágoras tengo que decirles a los alumnos que lo de la octava, la quinta y la cuarta no sé lo que es, pero que tiene que ver con la armonía.
Lástima tener esta explicación ahora que ya he dejado de dar esa asignatura.
Y tremendo que sea eso justamente lo que produzca la emoción.