Es en la calle General Martínez Campos, 37. Metro Iglesia o Gregorio Marañón. Horario de visita exquisito. Un lugar espléndido.
Al llegar a la puerta de entrada, alcanzas el jardín. De repente todo se detiene: celebración de los sentidos, gusto de recogimiento y mística de verano. Pero de un verano de principios de siglo. Algo de particular debe tener la fusión de las aguas (en fuentecillas y estatuas) con estos jardines, que tanto gustaron al Falla de Noches en los jardines de España y al Respighi de Fuentes de Roma. Un mundo se impresiones, olores y ensoñaciones: aquella estampa del impresionismo de colores que huelen y olores que suenan. Una música de bondades.
La casa de Sorolla es un rincón maravilloso, un viaje a otra época, una pintura de anuncio de Mastercard. Una fachada señorial de amarillos viejos con blancos de eternidades. Edad de plata.
1 comentario:
Llega un momento del verano mediterráneo en el que el tiempo pasa más despacio aplastado por el sol, y lo mejor es sentarte a ver como rompen las olas en la playa. Los cuadros de Sorolla retratan ese compas de espera a la perfección.
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