sábado, mayo 27, 2006

Cucharadas


La poesía de Ana Merino (Madrid, 1971) rezuma sensualidad, ironía, humor, placer inteligente, al fin y al cabo, para quien se acerca a ella por primera vez. ¿Por qué decir las cosas de otra forma si se pueden decir así?:

El encanto
de las chocolatinas y las fresas,
como un cuerpo desnudo
con pedacitos de almendra
y unas gotas de miel.

Unos labios de trufa
y natillas calientes
con un poco de helado
y un bizcocho borracho.

La pasión del azúcar quemada
sobre la crema fría
en los postres helados.

El jadeo
de las moras silvestres,
de las claras a punto de nieve
flameadas al horno.
Un hechizo perverso
para las bocas
para los paladares insomnes
que después de amar
todavía tienen hambre.

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