lunes, enero 23, 2006

Wolfgang Amadeus, 250 años después


Salzburgo, Austria y el mundo de la cultura reciben con entusiasmo la llegada de la conmemoración del 250 aniversario del nacimiento del genio W.A.Mozart (1756.1791).
El músico bien merece ser honrado cada año, pero esta ocasión parecer resultar idónea para acercarse de un modo especial a su obra, y quizá también para realizar un viaje a Salzburgo, y, en definitiva a Viena y Praga, centros musicales de su figura.
Mozart es para la historia de la música el indiscutible centro del período clásico, junto a Haydn y Beethoven. Conmueve ver que sus treinta y cinco años de vida dieron al mundo casi 500 composiciones, entre sinfonías, cuartetos, sonatas, conciertos y óperas.
¿Quién no ha escuchado en alguna ocasión esa aria de La flauta mágica, o esa Sinfonía nº40, o incluso algo de sus sonatas... ah! aquélla K 331!
Hablar de Mozart es hablar de un innegable icono de la cultura occidental; conmemorar a Mozart es cumplir una deuda continua con alguien que jugó con la música e hizo de la música un juego esquisito para algunos, un deleite infinito para todos.

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