El universo tiene, como yo,
La sustancia de todo lo vivido
Y de todo lo por vivir –un poco de J.R.J-,
Pero tiene conciencia.
Se estira y se agranda,
Utiliza sabiamente un antiguo mecanismo
que lo pasea en un estado de rítmica irregular:
grave ironía de nuestro ridículo reloj.
No es silencioso: suena
En disonantes acordes que,
Como líneas paralelas,
Armonizan en el infinito.
Música residual
De un bang que no recuerdas.
Porque no era razón sino amor,
El estallido de la luz.
El Escolástico de Cristóbal de Villalón
Hace 14 horas
3 comentarios:
¡Qué hermoso poema! Aúna motivos procedentes de varias épocas: por un lado, la "música de las esferas" de la edad antigua; por otro, la idea de explosión-implosión de la física moderna. Está incluso la noción de Universo como "gran organismo", que el pensamiento romántico recoge de mucho antes. Y está el origen de todo: el estallido de esa luz que era amor. ¿A quién debemos agradecer el poema?
Gracias por tu comentario, le da mucha categoría al poema. Era algo que yo había pensado sobre lo que escribe sobre Fray Luis un gran amigo mío (compostela.blogspot.com/etiquetas:Fray Luis) a propósito de 'De los nombres de Cristo', donde Fray Luis viene a decir que el Padre prepara el universo para la llegada del Hijo. Yo creo, que, en el fondo, el Padre también se entrega en ese "estallido de la luz". Un saludo.
Vaya, gana con los días el poema. Me lo volveré a leer mañana o pasado, a ver qué tal.
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