Se cumplen cien años de El beso de Gustav Klimt. Es una de esas obras a las que uno vuelve siempre. Y siempre que vuelve lo hace de una manera nueva.
Algo de esa naturaleza estática lo hace especial: el recogimiento de los amantes, el rostro de perfil del hombre, la angelical (¿prerrafaelita?) tez de la mujer...
Dentro de un cosmos tribal de colores y formas resplandece la idea del uno sobre el dos: he aquí la grandeza del cuadro. ¿Se imaginan un título como "Los amantes"? A Gustav le gustó más lo de llamarlo "el beso" (Der Kuss).
Un beso es uno pero son dos.
1 comentario:
Hola, Johan, ¿cómo estás? Te mando este mensaje para saber si te puedo mandar mensajes. Nada más. Un abrazo fuerte,
de tu Johan
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